
Quiero recordarte vivo
Te has ido, no estás.
Voy a pensar en ti cada segundo de lo que me queda de vida, repasando todo lo que me quedó por decir.
Te has ido, no estás.
No querré verte muerto, porque quiero recordarte vivo.
Te has ido, no estás.
Me arrepentiré de todas las malas decisiones que tomaste.
Te has ido, no estás.
Voy a querer darte todos los besos que no te di.
Te has ido, no estás.
Aparecerás cada noche en mis sueños, cada día en mis decisiones.
En esta ocasión, desde Bravísimos, queremos frenar y hacer una pequeña parada para hablar de la última campaña de la DGT.
Hace algo menos de un mes, hemos podido ver en nuestras pantallas las fuertes y consternadoras imágenes que nos ha dejado esta campaña que pretende concienciar sobre la importancia de no cometer infracciones al volante. Pueden costarte algo más que la vida.
“En accidente de tráfico, lo peor no es la muerte” con este lema empieza una campaña conmovedora, impactante y trágica, que hace recapacitar sobre la carga moral y física que conlleva ser el culpable de un accidente de tráfico, dejando entrever, que el peor final, quizás no sea la muerte, si no la culpa.
El momento elegido para sacar a la luz estas reflexivas imágenes se presenta pocos días antes de una fecha tan señala para el tráfico como es la Navidad, donde las prisas, el alcohol y los largos viajes dejan terribles secuelas en nuestras carreteras.
Hacía tiempo que no nos deleitaban con una campaña tan dura y árida, difícil de ver y costosa de digerir. Que te hace cuestionarte de manera inmediata que en algunas situaciones la muerte no es el peor de los casos.
Publicidad de nivel y de impacto en la que la DGT nos recuerda que ni el alcohol ni los móviles son buenos compañeros de viaje.