
El arte de contar historias
Actualmente vivimos en un mundo marcado por la tecnología. Los avances tecnológicos han ayudado a conquistar las barreras de la comunicación y a reducir la brecha entre la gente de todo el mundo. Los lugares lejanos se han vuelto más cercanos y, en consecuencia, el ritmo de vida ha aumentado.
Las cosas que antes tardaban horas para ser completadas, se puede hacer en cuestión de segundos en la actualidad. El mundo es más pequeño y la vida es mucho más rápida. En definitiva, nuestro nivel de vida ha mejorado, pues las necesidades se satisfacen con mayor facilidad. Aunque esto produce numerosos beneficios sociales, puede llegar a destruir la humanidad en el individuo. Algo tan sencillo como contar una historia puede ser la mejor forma de captar la atención de las personas.
El arte de contar historias es un recurso ya milenario, desde hace años los cuentos son considerados una manera muy práctica de transmisión de información. En la antigüedad este recurso se utilizaba para de una manera artística dejar constancia de actos heroicos, catástrofes, leyendas, historia de reyes; estas historias eran plasmada de manera manual en un pergamino y posteriormente en libros. De esta manera tan práctica y didáctica, niños y adultos podían transmitir la información durante generaciones hasta llegar a nuestros días.
Este arte milenario ha formado a ser un pilar fundamental en la publicidad pues numerosos estudios sobre la memoria a largo plazo, coinciden en que es ilimitada. La información se almacena a partir de su repetición, análisis, interiorización y comprensión entre otros factores. La parte emotiva tiene también su peso en lo que recordamos: una historia, una novela o una película, son cosas que solemos recordar toda la vida.
Actualmente muchas marcas se han percatado que la técnica para persuadir al usuario y conseguir más ventas, es a través de las emociones.
Hace unos años, las marcas se centraban en enviar mensajes unidireccionales al usuario a través de medios de comunicación tradicionales. Esto ha quedado desfasado y anticuado.
Lo que realmente conecta al cliente con la marca es una vinculación emocional. Conseguir empatía entre marca y usuario, y así crear una experiencia única para cliente, transmitiéndole sensaciones positivas, alegres, tristes, emotivas, dolorosas… algo que sólo se consigue con el arte de contar historias.
Este recurso publicitario es utilizado por grandes marcas que quieren transmitirnos sensaciones a través de historias, desde Bravísimos queremos resaltar un ejemplo actual, que reside en uno de los galardonados con el Gran Prix del festival Lion Cannes con el cortometraje: Corazón- Give your heart.
En este caso no se trata de un spot de uso comercial, si no una campaña lanzada por el hospital Montefiore para aumentar el número de donantes de órganos. Para ello la agencia JohnXHannes decidió basar su estrategia en la emoción y el sentimiento, que intenta concienciar a futuros donantes. Partiendo del storytelling más literal, se lanza un corto que con la colaboración de grandes actores pretende llegar y arrasar en todos nuestros sentidos.
http://www.youtube.com/watch?v=BlQtmUWtJUE